Fuiste la casualidad más acertada en mi vida, llegaste cuando tenías que
llegar y te fuiste cuando tenías que irte. Quizás no fue mucho tiempo o quizás
tampoco fue la mejor decisión, pero tu simple existencia bastaba y sobraba para
hacerme sentir completamente feliz. Probablemente este no fue nuestro momento, no estábamos listo para algo tan fuerte, tu no querías lastimarme y yo no
quería usarte. Los pequeños momentos juntos, los mensajes de buenos días y
buenas noches, las llamadas nocturnas y las sonrisas robadas son los recuerdas
que guardare en mí por siempre, recuerdos de algo único.
No eres el amor de mi vida y quizás yo no fui el tuyo pero sabias como
hacerme feliz, sabias que decir para hacerme reír o para hacerme enojar.
Confiabas en mi tanto como yo confiaba en ti y a pesar de todo sigo haciéndolo.
No importa si en esta vida no estaremos juntos, siempre me podrás encontrar en
tus recuerdos para soñar y volar un rato. Es momento de dejarte ir, no quisiera
hacerlo pero ya no hay más que hacer, fue tan perfecto que no necesitamos
seguir juntos. Nos vemos en algún sueño, repentino y fugaz amor de mis días.
